Cuatro jóvenes recién graduados de prestigiosas universidades (MIT, Harvard, Sorbonne y Universidad de Buenos Aires) solicitan empleo en New York, en una gigantesca empresa multinacional. Al cabo de unos días los llaman para hacer entrevista соn el Director General.
Al llegar, el Director les indica que deberán responder a una única pregunta que, dependiendo de su respuesta, el candidato podría ser contratado.
El Director les pregunta:
- ¿Cuál es la cosa más rápida del mundo?.
A lo cual, el graduado del MIT contesta:
- El pensamiento.
Y el Director le pregunta:
- ¿Por qué?
El del MIT contesta:
- Porque un pensamiento ocurre casi instantáneamente.
El Director le indica que le encanta y cree que es una excelente respuesta.
Pasa entonces al graduado de Harvard, que contesta:
- Un parpadeo de ojos.
- ¿Y por qué?.
- Porque es tan rápido, que a veces ni sentimos cuando lo hacemos.
El Director se queda encantado.
Luego viene el graduado de Sorbonne y quien responde:
- Señor Director, la electricidad.
Cuando el Director le pregunta por qué, el de Sorbonne le responde:
- Porque cuando llegamos al interruptor de la luz, соn un ligero movimiento podemos prender una luz a 5 kilómetros de distancia.
- Excelente, responde el Director.
Cuando le toca el turno al argentino de la UBA, éste responde:
- Señor Director, la diarrea...
El Director, anonadado, le pregunta:
- ¿Qué dice? ¿Usted está bromeando?
A lo que el graduado contesta:
- No, señor, eso mismo, la diarrea. Fíjese que anoche tuve una diarrea tan fuerte que, antes de poder pensar, parpadear o encender la luz, ya me había cagado encima.
El Director determinó:
- El empleo es suyo.
Refieren las crónicas que en 1994 se celebró una competencia de remo entre Japón y la Argentina. Los remeros japoneses se destacaron desde el comienzo. Llegaron a la meta una hоrа antes que el equipo argentino.
De regreso en la Argentina, el Comité Ejecutivo se reunió para analizar las causas de tan desconcertante e imprevisto resultado. Las conclusiones fueron:
1) En el equipo japonés había un jefe de equipo y diez remeros.
2) En el equipo argentino había un remero y diez jefes de equipo.
La decisión pasó a la esfera de planificación estratégica, соn una reestructuración que calaría en lo más profundo de la delegación.
En 1995, producida la largada de la nueva competencia, el equipo japonés volvió a adelantarse desde el comienzo. Esta vez el equipo argentino arribó a la meta dos horas más tarde. El nuevo análisis del Comité Ejecutivo arrojó los siguientes resultados:
1) En el equipo japonés había un jefe de equipo y diez remeros.
2) En el equipo argentino, luego de los cambios introducidos por el Departamento de Planificación Estratégica, la composición era la siguiente:
- Un jefe de equipo.
- Dos asistentes del jefe de equipo.
- Siete jefes de sección.
- Un remero.
La conclusión del Comité fué unánime y lapidaria:
"El remero es un incompetente"
En 1996 se le presentó una nueva oportunidad al equipo argentino. El Departamento de Nuevas Tecnologías y Negocios había puesto en marcha un plan destinado a mejorar la productividad, introduciendo novedosas modificaciones en la organización que generarían, sin lugar a dudas, incrementos substanciales de efectividad, eficiencia y eficacia.
Serían la llave del éxito, el broche de oro de un trabajo que humillaría al mismísimo Peter Drucker.
El resultado fué catastrófico.
El equipo argentino llegó tres horas más tarde que el japonés.
Las conclusiones revelaron datos escalofriantes:
1) Para desconcertar, el equipo japonés optó por la alineación tradicional: un jefe de equipo y 10 remeros.
2) El equipo argentino utilizó una novedosa formación vanguardista, integrada por:
- Un jefe de equipo.
- Dos auditores de calidad total.
- Un asesor de empowerment.
- Un supervisor de downsizing.
- Un analista de procedimientos.
- Un tecnólogo.
- Un contador.
- Un jefe de sección.
- Un apuntador de tiempos.
- Un remero
Luego de varios días de agotadoras reuniones y profundo análisis, el Comité decidió castigar al remero quitándole "todos los bonos e incentivos por el fracaso alcanzado".
En la reunión de cierre, el Comité junto соn los accionistas representativos, concluyeron:
"Recurriremos a la contratación de un nuevo remero, pero a través de un contrato de outsourcing, соn el objeto de no tener que lidiar соn el sindicato y de no estar atado a convenios laborales anquilosados, que sin duda degradan la eficiencia y productividad de los recursos."
De la anterior historia se desprenden cuatro moralejas:
1) No hay justicia en los juegos olímpicos.
2) Existen japoneses соn mucha suerte.
3) Los argentinos no pasaban por un buen momento.
4) El remero era reactivo en lugar de ser proactivo. Era vago y no se apegó a la misión, visión, objetivos, estrategias y tácticas del sistema y por si fuera poco no supo trabajar en equipo.