Chistes de profesiones y trabajos, Chistes de trabajo

Un avión que transportaba un importante grupo de ingenieros especializados que se dirigían a una cumbre de alta tecnología, se accidenta y fallecen todos estos genios de la mecatrónica moderna.
Al llegar al Cielo, no son atendidos ya que San Pedro se encontraba organizando una cena para las 11.000 Vírgenes. Los ingenieros después de esperar durante varios días, deciden ir a alojarse en el infierno en vez de quedarse vagando en la eternidad sin hacer nada.
En el infierno después de llenar un sencillo formato de admisión, reciben el alojamiento requerido de manera inmediata. Luego de un poco de descanso, los ingenieros, laboriosos como todos ellos, se dedicaron a diseñar todo todo tipo de mejoras al lugar.
En poco tiempo ya tenían ascensores, escaleras eléctricas, cámaras de monitoreo permanente, comunicación соn imágenes holográficas para los 7 infiernos, alarmas contra fugas, transmisión telepática utilizando los cuernos como antena, etc. etc. y continuaban trabajando en nuevos proyecto de alta tecnología.
Se hicieron a tal popularidad los ingenieros, que todo el otro mundo hablaba de ellos, y fue así como el cuento de los ingenieros llegó a oídos de San Pedro, y este decidió llamar al diablo en forma inmediata:
- Hola Lucifer, he sabido que las cosas han mejorado mucho por allá... ¿Quieres contarme algo de eso?
- Claro que te contaré, no por compartir la dicha, si no para producirte envidia... ( ja ja ja) Hemos alojado a un grupo de ingenieros fabulosos que han realizado todo tipo de mejoras tecnológicas al lugar; соn decirte que han enviado cámaras espías al cielo y ahora mismo estoy viendo las recamaras de las 11.000...
-¿ Un grupo de ingenieros? Pero si aquí en cielo no hemos juzgado ni condenado a ningún ingeniero; de tal manera que si los tienes allá, es de forma ilegal. Los ingenieros nunca van al infierno. Te demandaré por esto... - Terminó diciendo San Pedro en su santa ira.
- JA JA JA - Responde el diablo. - Y tu de donde vas a sacar un representante para la demanda, SI TODOS LOS ABOGADOS ESTÁN AQUÍ...!

Refieren las crónicas que en 1994 se celebró una competencia de remo entre Japón y la Argentina. Los remeros japoneses se destacaron desde el comienzo. Llegaron a la meta una hоrа antes que el equipo argentino.
De regreso en la Argentina, el Comité Ejecutivo se reunió para analizar las causas de tan desconcertante e imprevisto resultado. Las conclusiones fueron:
1) En el equipo japonés había un jefe de equipo y diez remeros.
2) En el equipo argentino había un remero y diez jefes de equipo.
La decisión pasó a la esfera de planificación estratégica, соn una reestructuración que calaría en lo más profundo de la delegación.
En 1995, producida la largada de la nueva competencia, el equipo japonés volvió a adelantarse desde el comienzo. Esta vez el equipo argentino arribó a la meta dos horas más tarde. El nuevo análisis del Comité Ejecutivo arrojó los siguientes resultados:
1) En el equipo japonés había un jefe de equipo y diez remeros.
2) En el equipo argentino, luego de los cambios introducidos por el Departamento de Planificación Estratégica, la composición era la siguiente:
- Un jefe de equipo.
- Dos asistentes del jefe de equipo.
- Siete jefes de sección.
- Un remero.
La conclusión del Comité fué unánime y lapidaria:
"El remero es un incompetente"
En 1996 se le presentó una nueva oportunidad al equipo argentino. El Departamento de Nuevas Tecnologías y Negocios había puesto en marcha un plan destinado a mejorar la productividad, introduciendo novedosas modificaciones en la organización que generarían, sin lugar a dudas, incrementos substanciales de efectividad, eficiencia y eficacia.
Serían la llave del éxito, el broche de oro de un trabajo que humillaría al mismísimo Peter Drucker.
El resultado fué catastrófico.
El equipo argentino llegó tres horas más tarde que el japonés.
Las conclusiones revelaron datos escalofriantes:
1) Para desconcertar, el equipo japonés optó por la alineación tradicional: un jefe de equipo y 10 remeros.
2) El equipo argentino utilizó una novedosa formación vanguardista, integrada por:
- Un jefe de equipo.
- Dos auditores de calidad total.
- Un asesor de empowerment.
- Un supervisor de downsizing.
- Un analista de procedimientos.
- Un tecnólogo.
- Un contador.
- Un jefe de sección.
- Un apuntador de tiempos.
- Un remero
Luego de varios días de agotadoras reuniones y profundo análisis, el Comité decidió castigar al remero quitándole "todos los bonos e incentivos por el fracaso alcanzado".
En la reunión de cierre, el Comité junto соn los accionistas representativos, concluyeron:
"Recurriremos a la contratación de un nuevo remero, pero a través de un contrato de outsourcing, соn el objeto de no tener que lidiar соn el sindicato y de no estar atado a convenios laborales anquilosados, que sin duda degradan la eficiencia y productividad de los recursos."
De la anterior historia se desprenden cuatro moralejas:
1) No hay justicia en los juegos olímpicos.
2) Existen japoneses соn mucha suerte.
3) Los argentinos no pasaban por un buen momento.
4) El remero era reactivo en lugar de ser proactivo. Era vago y no se apegó a la misión, visión, objetivos, estrategias y tácticas del sistema y por si fuera poco no supo trabajar en equipo.
¿ Cómo se comportan un ingeniero, un físico y un matemático si hay un incendio en su casa?
- Al ingeniero le despierta el olor del humo, se levanta de la cama y observa el fuego en el pasillo. Vuelve a su habitación, coge la papelera, la llena de agua en el cuarto de baño, apaga el fuego tirándole el agua encima, y se vuelve a la cama. Problema resuelto.
- El físico también se despierta соn el olor del humo. Se levanta, observa el fuego, calcula su altura y la temperatura aproximada. Busca una boca de riego y averigua la presión соn la que sale el agua. Consigue una manguera, y, minimizando el gasto de energía, lanza un chorro соn la manguera, соn la menor cantidad posible de agua que consiga apagar el fuego. Apaga el fuego y se vuelve a la cama a dormir. Problema resuelto.
- El matemático huele el humo y deduce que pude haber un fuego en su casa. Sale al pasillo y comprueba que efectivamente se está quemando. Se queda pensativo unos instantes y comprueba que dispone de agua suficiente para apagarlo. Se va a la cama: sabe que el problema tiene solución.