El presidente de una empresa le dice a su gerente general:
- El lunes próximo, a eso de las 10 de la noche el cometa Halley se hará visible, es un acontecimiento que ocurre cada 78 años. Reúna al personal en el patio de la fábrica, todos usando cascos de seguridad, que allí les explicaremos el fenómeno.
Si llueve, el raro espectáculo no podrá ser visto a ojo desnudo, en cuyo caso entraremos en el comedor donde será exhibido un documental sobre el mismo tema.
El gerente al jefe de producción:
- Por orden del presidente, el lunes a las siete aparecerá el cometa Halley sobre la fábrica. Si llueve reúna a los empleados соn cascos de seguridad y llévelos al comedor, donde tendrá lugar el raro fenómeno lo que sucede cada 78 años a ojo desnudo.
El jefe de producción al supervisor:
- A pedido de nuestro gerente general, el científico Halley de 78 años, aparecerá desnudo en el comedor de la fábrica usando casco de seguridad, pues va a ser presentado un documental sobre el problema de la lluvia en los ojos.
El supervisor a su asistente:
- Todo el mundo desnudo, sin excepción, deberá estar en el patio el lunes a las siete, donde el famoso guitarrista Halley mostrará el documental Bailando bajo la lluvia. El show se presenta cada 78 años.
Y por último el asistente a sus empleados:
- El jefe cumplirá 78 años el lunes, habrá una fiesta en el patio y en el comedor amenizada por el grupo Halley sus cometas.
Eran exactamente las 3 y media de la madrugada cuando le suena el teléfono al dueño de un kiosco, este se despierta muy exaltado y contesta el teléfono:
Hola, dice el señor соn voz de dormido.
Hola, ¿le puedo hacer una pregunta?, preguntan del otro lado del teléfono.
Sí, dígame.
¿ A qué hоrа abre el negocio?
A las siete y media, y colgó el hombre.
Una hоrа después, suena otra vez el teléfono...
Hola, dice el comerciante
Perdone, ¿a qué hоrа me dijo que abría el negocio?, preguntó la misma voz.
El quiosquero ya fastidiado cuelga el teléfono de una.
5 minutos más tarde suena otra vez el teléfono...
Ya gritando...
¡ Hola!
¿ Le falta mucho para abrir el negocio?, insistió la voz de siempre.
Ya el hombre más que cansado le respondió:
¿ Pero por qué tiene tanta prisa para entrar?
Y la voz del otro lado, соn voz de desesperación:
¡ No! ¡No quiero entrar, quiero salir!