Estos eran tres hombres que se fueron al cielo. Ahí, los premiaban соn un auto según su menor grado de infidelidad соn su pareja. Juan, le había sido infiel veinte veces a su esposa. Cuando llegó, San Pedro le dijo:
- Tu le fuiste veinte veces infiel a tu pareja, tu recompensa es una citrola.
Juan se fue descontento, pero se resignó.
Luego, llega Diego y San Pedro le dice:
- Tu le fuiste 10 veces infiel a tu mujer; Te llevas un Fiat un poco usado, pero en buenas condiciones.
Diego se fue satisfecho соn su Fiat.
Después llega Roberto y San Pedro le dice:
- Tu nunca le fuiste infiel a tu pareja, por lo tanto, te llevas un Porche 0 Km., соn radio соn cd y cassette y todo equipado.
Roberto se fue feliz соn su auto, pero de repente Juan y Diego lo encuentran en un semáforo celestial y él estaba llorando:
- ¿Qué te pasa amigo? ¿Por qué lloras? si tienes ¡el medio autito! Yo estaría feliz- le dijo Diego
Y Roberto le respondió llorando:
Lo que pasa es que acabo de ver a mi mujer pasar en un scooter.
Llega un tipo соn el amigo:
Oye, fíjate que tengo unas amigas que quieren divertirse un rato este fin de semana, y necesito que me prestes tu departamento para impresionarlas.
Okay, no hay problema, mira te dejo las llaves, total este fin de semana me voy a ver a mis padres, ¿Y cuántas son?
No compa, son 3, a ver como le hago.
Mira, tengo unas pastillas que me recomendaron para estos casos, pero соn cuidado solo agarras la mitad de una.
Y llega el fin de semana y está esperando a las chavas, recuerda el consejo de su amigo y ve el frasco de las pastillas y se queda:
Pero son tres amigas, mejor me tomo 1 completa, bueno otra.
Ya el lunes el dueño del departamento llega, abre la puerta y ve el sofá destrozado, la mesa de cristal hecha pedacitos, los floreros tirados, la alfombra desgarrada. Pasa al cuarto y ve sabanas rotas, ropa en trozos, la cama соn los resortes fuera, y en un rincón ve a su amigo todo tembloroso, y le pregunta:
¿ Qué pasó?
¡ No llegaron!
Un hombre toma un taxi y le dice al taxista:
Calle Castalla número 5, por favor.
El hombre durante el trayecto iba muy atareado consultando una guía turística y para hacerle una pregunta al taxista llama su atención соn una palmada en el hombro:
Por favor...
El taxista sobresaltado empieza a dar volantazos para uno y otro lado de la calzada, está a punto de colisionar соn un coche que venía en sentido contrario, del volantazo casi embiste a un camión por detrás, se sube a la acera y casi atropella a una mamá que iba соn su niño en un carrito, y finalmente se queda empotrado contra el escaparate de un supermercado.
Pasado un rato, los dos se reponen del accidente y le dice el taxista al cliente:
No me dé estos sustos, por favor, que casi se me para el corazón.
El cliente le contesta:
Perdone, si llego a saber que se iba a asustar tanto no le hubiera tocado el hombro
Y responde el taxista:
Es que es mi primer día, ¿sabe?, y no estoy acostumbrado.
El cliente para quitarle hierro al asunto le pregunta:
¿ A qué se dedicaba antes?
Y le contesta el taxista:
Era chofer de una funeraria.