El lосо Adelino entra en un bar, se sienta en la barra y le pide al camarero:
- Un café, por favor.
- Un momento. El lосо espera leyendo el periódico, y a los 10 minutos:
- Oiga, ¿y mi café?
- Un momento, caramba, ¿no ve que tengo mucho curro? Pesado. El lосо recorre el bar соn la mirada y ve que está vacío, mientras que el camarero mira la tele.
- Perdone, pero es que ...
-¡ Que no me de prisa! ¿No ve que no pudo hacer todo al mismo tiempo? Entonces el lосо se enfada y le escupe en la cara al camarero.
-¡ Pero... pero...! ¿qué hace, por qué me escupe? Va el lосо y le contesta:
- Sí, claro, соn la de clientes que hay en el bar habré sido yo, ¿no?
En un manicomio, el doctor le está explicando las diversas locuras de los enfermos al nuevo vigilante.
- Ése se cree Superman, éste se cree Napoleón, aquél se cree un balón de futbol, y aquél que lleva atado un cepillo de dientes a un cordel, está convencido de que está paseando a un реrrо. El vigilante, que los quiere ir conociendo personalmente, habla un poco соn cada uno de los locos y al llegar al del реrrо, le pregunta:
-¿ De qué raza es?
-¿ El qué?
- Pregunta el lосо de mal humor- ¿Por qué todo el mundo me pregunta lo mismo? ¿No ve que esto es un cordel y un cepillo de dientes? ¿Acaso usted está lосо?
- Perdone, yo... Sí, claro, tiene usted razón, que tontería la mía -se disculpa el vigilante соn el lосо y se aleja. Cuando el lосо lo pierde de vista, murmura y le da un tirón al cordel diciendo:
- Vamos, Sultán, que ya hemos engañado a otro.