Chistes calientes - Chistes para adultos

Un granjero lleva su camioneta al pueblo y el mecánico dice que tiene que dejarla hasta el día siguiente, así que decide regresar caminando a su granja, que no queda lejos.
En el camino pasa por la ferretería y compra un balde y un tarro de pintura. Allí, un colega le entrega dos gallinas y un ganso que le debía.
Ahora nuestro granjero tiene un problema: Cómo llevar todo a casa caminando.
Mientras piensa cómo hacer, se le acerca caminando una señora madura y le pregunta cómo llegar a la granja de los González; el granjero le dice que va en esa misma dirección, y que si no tuviera que llevar esa carga la acompañaría.
La señora dice:
- ¿Por qué no pones la lata de pintura en el balde? Lo llevas en una mano; te pones una gallina debajo de cada brazo y llevas el ganso en la otra mano.
El granjero sorprendido agradece y comienza a acompañar a la señora. En un momento le dice:
- Conozco un atajo, que nos saca del camino principal, pero nos ahorramos un kilómetro.
La dama lo mira соn desconfianza y responde:
- Soy una viuda solitaria sin un hombre que me defienda. ¿Cómo sé que no me vas a llevar por el medio del campo, me vas a poner contra un árbol y vas a abusar de mí?
- ¡Pero señora! Aún cuando quisiera, ¿cómo hago? Llevo un balde, una lata de pintura, dos gallinas y un ganso. ¿Cómo hago para achucharla contra un árbol y abusar de usted?
- Pues, pones el ganso en el suelo, lo cubres соn el balde, colocas la pintura encima del balde y yo te aguanto las gallinas... ¡¡¡Es que no teneis iniciativa, соñо!
Cambio de nombre al Aparato Reproductor Masculino
Estaban reunidas TODAS, eran 500 y no había sino un punto en el orden del día.
Sonó una campanilla y se hizo silencio. Desde el estrado, la presidenta, соn gesto severo, pero a la vez mostrando algo de “complicidad interna”, instaló la Asamblea.
“Buen día compañeras!!.
Estamos reunidas, de forma extraordinaria, para cambiarle hoy el nombre al Aparato Reproductor Masculino. Gritos, muchos gritos, y aplausos de todas las asistentes. Entonces la presidenta, casi orgullosa, empezó a desgranar preguntas e incógnitas:
– “¿Por qué decirle pito?, si no suena ?” (Gritos y aplausos)
– “¿Por qué decirle pájaro?, si no vuela?” (Gritos y muchos aplausos)
– “¿Por qué decirle palo?, si no es madera?” (Más gritos y más aplausos)
– “¿Por qué decirle ?рisтоlа?, si no mata?”. (Aumentan los gritos y los aplausos)
– “¿Por qué decirle banano o plátano?, si no es fruta?” (Ruido ensordecedor por los gritos y los aplausos)
– “Por qué decirle роllа si no pía ni come maíz? (gritos intensos y se redoblan los aplausos)
– “¿Por qué decirle miembro?, si no pertenece a ningún club?” (Gritos соn muchísimo entusiasmo y sonoros aplausos)
– “¡ Desde hoy, queridas amigas y asambleístas, lo llamaremos Bill Gates!!
Silencio total en la sala, todas se miran соn asombro, sus caras son un poema al signo de interrogación.
Transcurridos unos minutos por ese asombro y por la sorpresa de todas las asistentes, menos, claro está, de la presidenta, una mujer levanta su mano y pregunta:
- “Señora presidenta: ¿Por qué ese nombre?”.
La presidenta, rápidamente, соn una sonrisa de satisfacción y una boca abierta de oreja a oreja, responde соn voz grave y sonora:
– “Muy simple, compañera:
¡ ¡Porque es asquerosamente rico!!!”