En un manicomio, estaba el loquito Ramírez paseando por el jardín y arrastrando un ladrillo amarrado de un lazo, a quien le decía:
Piss, рiss, рiss, vamos Fifi, vamos.
El siquiatra que lo atendía lo estaba mirando y pensó:
"Este pobre Ramírez cada día está más lосо"
Y se acerca y le dice:
Oiga Ramírez, ¿A quién cree usted que está arrastrando ahí?
El loquito le responde:
Pues, ¿No ve doctor que es un ladrillo? ¿O no me diga que no reconoce lo que es? ¿O es que está lосо?
No, por supuesto que no, solo quería confirmar que usted sabía.
Y el doctor se va.
Luego que el doctor se va el lосо le dice al ladrillo соn una risa burlona:
¡ Vamos Fifi, vámonos que ya lo engañamos!
El doctor García, director de psiquiatría en el manicomio de la región, estaba examinando a sus pacientes para averiguar cuáles de ellos estaban listos para volver a la comunidad.
Señor Clark, dice el doctor a uno de sus pacientes, veo que me han recomendado que le dé de alta, ¿Qué cree que va hacer si es que le dejamos ir?
El paciente se lo piensa un rato, y luego responde:
Bueno, fui ingeniero en mecánica, parece ser que es una carrera соn salida y me puedo ganar bastante dinero. Por otra parte, he pensado escribir una novela sobre mis experiencias aquí en este hospital, lo que es ser paciente aquí, puede que sea interesante. También pensé volver a la escuela a estudiar historia del arte que es un tema que me interesa mucho.
El doctor García asiente соn la cabeza y dice:
Sí, me parecen empresas muy interesantes.
Y el paciente responde:
Y lo mejor es que en el tiempo que tenga libre, puedo seguir siendo una cafetera.
Había una vez un lосо que iba viajando en un camión, el lосо estaba sentado junto a la ventanilla, y cada vez que se asomaba a la ventanilla, el lосо se reía a carcajadas. Así estuvo el lосо por mucho tiempo hasta que el chofer del camión, enfadado, se detiene y va соn el lосо y le pregunta:
Oiga usted, desde hace un rato se viene riendo, ¿de qué se ríe?
El lосо le contesta:
Ven y asómate a la ventanilla, mira las llantas de atrás están corre y corre, y por más que corren, no alcanzan a las llantas de adelante.
En una montaña vivían dos personas соn lagunas mentales, cada una en diferente cabaña. Un día uno fue a visitar al otro, ellos no se llamaban el uno al otro por su nombre siempre usaban el sinónimo de locos, llega uno y toca la puerta.
De pronto el que está adentro le contesta:
No estoy.
Y se vuelve a repetir la acción y el otro le contesta:
No estoy, lосо, no estoy.
Y luego le dice el que estaba tocando:
Que mala suerte tiene este lосо, yo que le traía $300.
Y le dice, el otro de adentro que supuestamente no estaba, déjame ir a buscarme a lo mejor me encuentro.
Y al momento llega el otro y dice:
Ya regresé, acá estaba, lo que pasa es que no me había visto, pero ya me encontré.
Y luego dice el otro:
Uff, hasta ahora tu regresas, pero yo ya me fui.