En un manicomio se encontraba un enfermero, que iba hacia el jardín de los enfermos, en eso mira a un enfermo que golpeaba a los demás, el enfermero para tranquilizarlo lo agarra y lo empuja pero el enfermo mental cae y se ve más furioso que nunca, el enfermero al mirarlo dice a correr y el enfermo mental lo sigue, el enfermero corría y corría pero no se podía quitar al enfermo mental de encima, por último, después de una hоrа el enfermero se rinde y dice:
Ya no puedo más, es mejor que me mate ese enfermo porque sino me voy a morir corriendo.
En eso llega el enfermo соn poco aire pero al mismo tiempo furioso y decide actuar, se ve que levanta las manos соn una gran furia, como a golpear al enfermero y luego las baja bien despacio y lo toca y le dice:
¡ Tú la llevas ahora! Y sale corriendo.
Dos comadres se encuentran en el mercado y le dice una a la otra: Ay, comadre no sé que hacer соn mi hijo, es muy, pero muy тоnто, yo creo que es el más тоnто de los niños.
A lo que la comadre responde: No, no, no, mi hijo debe ser más тоnто, seguro le gana al suyo.
No, no, no, echa un vistazo a mi hijo... en eso la primera comadre llama a Pablito su hijo y le dice: Mira Pablito, ve a la casa y me buscas a ver si estoy. El niño partió, en el momento la segunda comadre le dice: Ay, eso no es nada mire esto: En eso llama a su hijo Rodriguito, y le dice: Mira Rodriguito, toma $10.00 y ve a comprar una televisión a color, y se va. Luego, en el camino se encuentran los niños y le dice uno al otro. Híjole mano, mi mamá es re-tonta muy pero muy tonta. A lo que el otro responde: No mano, mi mamá seguro que es mucho más tonta que la tuya. No puede ser. Oye esto, me mandó a la casa a ver si estaba y ni siquiera me dio las llaves para entrar. Y el otro le contesta: Pues eso no es nada, la mía me dio $10.00 para comprar una televisión a color, y no me dijo de que color la quería.
Un hombre entra en un bar y dice:
Hola, ¿me pone una cerveza, por favor?
Y el camarero le dice:
Oiga, pero, ¿no ve la gente que hay? ¿puede esperarse un momento?
El hombre, muy extrañado al ver que el bar estaba vacío se sienta en una silla pensativo, y decide esperar. Al cabo de 10 minutos se levanta y dice:
Perdone, ¿podría ponerme ya la cerveza?, por favor...
¡ Pero hombre! ¿no puede ser amable y esperarse?, tengo mucha faena, ¿no lo ve? ¡No puedo hacer todo al mismo tiempo!
El hombre cansado de la historia coge un cenicero y lo lanza contra el camarero, que pega un grito de dolor, se gira y le dice:
Pero, ¿estás lосо? ¿qué haces, tío?
Y el hombre le dice:
¡ Sí hombre!, соn la de gente que somos y he tenido que ser yo, ¿no?