Chistes picantes : - Chistes para adultos
La señora Pérez lleva más de un año dando clases de golf, pero avanza poco en sus conocimientos. En una de sus clases el profesor sigue la rutina:
- Señora Pérez, a ver si соn este hierro 7 es capaz de mandar la bola a cien metros.
La señora Pérez hace el swing de siempre, соn el resultado de siempre: palo que se clava en la hierba, chuleta de césped despedida y bola que se mueve apenas medio metro.
El profesor, algo desesperado, le dice:
- A ver, señora, le daré un truco que no suele fallar: sujete el palo como si estuviera sujetando la vеrgа de su marido en erección y luego haga el swing соn naturalidad.
La señora Pérez hace un swing espectacular y manda la bola a 250 metros. El profesor la mira y le dice:
- Muy bien, señora Pérez. El swing ha sido perfecto, el ritmo magistral y la potencia espectacular. Ahora sáquese el palo de la boca y vamos a intentarlo соn las manos...
Una bella mujer joven sale de la ducha, se envuelve соn una toalla yavisa a su marido que ya puede ducharse. Cuando él entra en la ducha suena el timbre de la puerta. La esposa le dice que ella abre, y baja a abrir la puerta envuelta en la toalla.
Al abrir la puerta se encuentra a su vecino Antonio, quien se queda sin palabras ante la visión que le ofrece la señora. Entonces, él saca dos billetes nuevecitos de 100 euros y le dice a ella que son suyos si deja caer la toalla hasta la cintura.
Ella piensa, "¿por qué no?", de modo que deja caer la toalla y deja sus senos al descubierto , entonces coge el dinero. Antonio jadea ante lo que ve; saca prontamente otros 200 euros y se los ofrece por dejar caer la toalla hasta el suelo para ver todo el asunto. La mujer piensa que ya había llegado bastante lejos, así que no le importaba hacerlo, y deja caer la toalla al suelo enseñando su precioso cuerpo. Antonio la contempla un momento, le da las gracias y se va.
Cuando ella sube de nuevo, su marido que acababa de salir de la ducha, le pregunta que quién había llamado a la puerta.
Ella contesta:
- Era nuestro vecino Antonio.
- ¿Y ha traído los 400 euros que me debe? - pregunta el marido.