Chiste de largos, Cuentos Graciosos
Cierto día un hombre se presenta en una oficina de empleo, y pide que le asignen trabajo, la oficinista le pregunta qué es lo que sabe hacer y el hombre contesta:
- Llevo 25 años sin trabajar, y la verdad es que me da lo mismo cualquier oficio.
- Bien, bien, tengo aquí un trabajo de albañil.
El hombre pensó:
"Cargar peso, llevar la carretilla, sudar..."
- ¡Oiga, mire, ya le dije que llevo 25 años sin trabajar, ¿No tiene algo más relajado?
- La verdad, tengo aquí un trabajo de camarero, ¿Le interesa?
"Servir bebidas y no probarlas, lavar vasos, barrer, mover sillas, cargar cajas"
- ¡Oiga y, ¿Algo un poquito más relax?
- Bueno, tengo aquí algo de oficinista.
"Estar sentado 8 horas, dolor de riñones, fastidiar la vista delante del ordenador, papelones"
- ¡Oiga y, ¿Alguna otra cosa?
A lo cual contesta la oficinista соn tono sarcástico y de agravio,
- Sííí..., un trabajo de viajes y sеxо.
- Hmmmmm, suena bien, me interesa.
- Perfecto pues, ¡Coja la puerta y a tomar po´l!
Un grupo de amigos de 40 años de edad se junta para cenar y luego de discutir dónde ir, deciden ir al restaurante "La Buena Mesa", porque las camareras están muy buenas.
Cuando cumplen 50, nuevamente se juntan, y deciden ir otra vez a "La Buena Mesa", porque la comida es muy buena y tiene una extensa carta de vinos.
A los 60, van de nuevo al mismo restaurante, porque allí se puede cenar tranquilamente y no se permite fumar.
Cumplidos los 70, la decisión es ir a "La Buena Mesa", pues tiene facilidades para sillas de ruedas y un ascensor.
Diez años después, соn 80, tras la habitual discusión, eligen ir a "La Buena Mesa", dado que nunca habían ido a ese restaurante antes.