Chistes calientes - Chistes para adultos
– Dos amigas eran tan íntimas que se contaban todo lo que hacían o dejaban de hacer.
– Una de ellas se casa y se va de luna de miel.
– Cuándo regresa, la otra le pregunta:
– ¿Cómo es eso?, cuéntame.
– La primera vez es horrible, duele como no te imaginas; pero después es riquísimo.
Su amiga, intrigada, le pregunta:
– ¿Como cuanto duele?
– Y empieza a mencionarle distintos tipos de dolores: dolor de cabeza, dolor de estómago, dolor de espalda, y a todos la recién casada respondía que no.
– Finalmente la soltera menciona el dolor de muela, y la amiga dice:
– Sí, es como el dolor de muela.
– ¿Por qué como el dolor de muela? pregunta la soltera.
– Y la casada le responde:
– Porque te duele pero no quieres que te la saquen.
Cambio de nombre al Aparato Reproductor Masculino
Estaban reunidas TODAS, eran 500 y no había sino un punto en el orden del día.
Sonó una campanilla y se hizo silencio. Desde el estrado, la presidenta, соn gesto severo, pero a la vez mostrando algo de “complicidad interna”, instaló la Asamblea.
“Buen día compañeras!!.
Estamos reunidas, de forma extraordinaria, para cambiarle hoy el nombre al Aparato Reproductor Masculino. Gritos, muchos gritos, y aplausos de todas las asistentes. Entonces la presidenta, casi orgullosa, empezó a desgranar preguntas e incógnitas:
– “¿Por qué decirle pito?, si no suena ?” (Gritos y aplausos)
– “¿Por qué decirle pájaro?, si no vuela?” (Gritos y muchos aplausos)
– “¿Por qué decirle palo?, si no es madera?” (Más gritos y más aplausos)
– “¿Por qué decirle ?рisтоlа?, si no mata?”. (Aumentan los gritos y los aplausos)
– “¿Por qué decirle banano o plátano?, si no es fruta?” (Ruido ensordecedor por los gritos y los aplausos)
– “Por qué decirle роllа si no pía ni come maíz? (gritos intensos y se redoblan los aplausos)
– “¿Por qué decirle miembro?, si no pertenece a ningún club?” (Gritos соn muchísimo entusiasmo y sonoros aplausos)
– “¡ Desde hoy, queridas amigas y asambleístas, lo llamaremos Bill Gates!!
Silencio total en la sala, todas se miran соn asombro, sus caras son un poema al signo de interrogación.
Transcurridos unos minutos por ese asombro y por la sorpresa de todas las asistentes, menos, claro está, de la presidenta, una mujer levanta su mano y pregunta:
- “Señora presidenta: ¿Por qué ese nombre?”.
La presidenta, rápidamente, соn una sonrisa de satisfacción y una boca abierta de oreja a oreja, responde соn voz grave y sonora:
– “Muy simple, compañera:
¡ ¡Porque es asquerosamente rico!!!”