Se encontraban dos hombres jugando al golf, en uno de los campos más bonitos de la ciudad. En eso, ven pasar a un funeral al camposanto del lado.
Uno de los hombres se detiene, se hinca, se persigna y reza mientras pasa el funeral. El otro hombre, asombrado dice:
Hombre, te felicito, eso muestra tu gran sensibilidad y creencia. Me complace jugar golf соn alguien así.
A lo que el primero responde:
Gracias viejo, pero la verdad, era lo menos que puedo hacer, estuvimos casados 35 años.