Una vez un hombre caminando por la selva abre un matorral de ramas, y detrás de éste había un montón de caníbales, el hombre dice:
¡ Ya me fregué!
Cuando de repente se abre el cielo y se oye una voz:
¡ No, todavía no, lo que usted tiene que hacer es correr, golpear al jefe, quitarle la lanza y matar a su hijo!
Y se cierra el cielo, el hombre rápidamente corre, golpea al jefe, le quita la lanza, y mata a su hijo.
Se abre el cielo de nuevo y se oye una voz:
¡ Ahora sí, ya te fregaste!
Esto son dos amigos que se encuentran:
- Hola Paco, ¿qué tal va todo?
- Un poco mal.
- ¿Por qué?
- Es que el otro día se murió mi padre.
- Oh, lo siento, ¿de qué murió?
- Pues, esto que estaba cocinando y se le quemó la comida, y sin darse cuenta se le llenó la habitación de humo, y no tuvo más remedio que tirarse por la ventana.
- Oh, ¿murió de la caída?
- No, en ese momento vinieron los bomberos, y pusieron la lona, y rebotó contra la pared del edificio...
- Oh, murió del choque.
- No, porque mi padre puso los pies en la pared, y rebotó hacia el tendido eléctrico...
- Oh, murió electrocutado.
- No, en ese momento mi padre rebotó otra vez y...
- Bueno tío, ¿de qué murió tu padre?
- ¡Lo tuvimos que matar a tiros!
Una vez un hombre llama a una casa y coge el teléfono el sereno (el guardián) y el hombre le pregunta:
¿ Y mi esposa?
Y el sereno responde:
En su cuarto.
Luego el hombre dice:
¿ Соn quién?
Con un hombre, le responde el sereno.
¡ Diantre! ¡Mátela! Dice el hombre.
No, no, yo no puedo hacer eso.
Claro que sí, yo le doy esa orden, dice el hombre.
Esta bien, esta bien, y mata a la mujer.
Ya la maté, dice el sereno.
Y el hombre le responde;
Ahora sáquela de ahí y métala a la piscina.
Pero señor, aquí no hay piscina dice el sereno.
¿ Este no es el teléfono 232-5492?
No, dice el sereno.
Ah pues, ¡Perdóneme!