Una pareja estaba jugando golf en un campo muy distinguido, rodeado por bellísimas mansiones. En el tercer golpe, el marido le dice:
- Querida, ten cuidado al tirar la pelota, no sea cosa que la mandes a una de esas casas, y quiebres un vidrio. Va a costar una fortuna repararlo.
Ni terminó la frase, cuando ella da un golpe, y la pelota va directo para una ventana de la casa más grande de la vecindad.
El marido se exaspera:
- Te dije que tuvieras cuidado. Y ahora, ¿cómo vamos a hacer?
- Vamos hasta ahí a pedir disculpas y ver de cuanto va a ser nuestro perjuicio.
Ellos golpean la puerta, y oyen una voz:
- Pueden entrar
Abren la puerta,y ven todo el vidrio desparramado por el piso, y una botella rota cerca del refrigerador. Un hombre sentado en el sofá les dice:
- ¿Ustedes son los que rompieron mi ventana?. ? Si, lo siento mucho, y quiero pagar el daño-responde el marido.
- De ninguna manera. Soy yo el que debe agradecerles. Soy un genio que estuvo preso en esta botella por miles de años, ustedes me liberaron. Les puedo conceder tres deseos. Yo les doy uno a cada uno, y me guardo el tercero para mi.
- ¡Guau!, ¡Qué bueno!, dice el marido. Quiero un millón de dólares por año, por el resto de mi vida.
- Sin problemas. Es lo mínimo que puedo hacer. Y tú, ¿qué te gustaría pedir? -le dice el genio a la esposa.
- Quiero una casa en cada país del mundo, responde ella.
- Puedes considerar tu deseo realizado, responde el genio.
- ¿Y cual es tu deseo, genio?, pregunta el marido.
- Bien, desde que quedé preso en esta botella, hace miles de años, no tuve más oportunidad de tener sеxо. Mi deseo es hacerlo соn tu mujer.
El marido mira a su esposa, y dice:
? Bien, querida, nos ganamos un montón de dinero y todas esas casas. Creo que el no está pidiendo mucho.
El genio lleva a la mujer para el cuarto, y pasa dos horas соn ella. Después de terminar, el genio la mira, y pregunta:
- ¿Cuántos años tiene tu marido?
- 35, responde ella.-
- ¿Y todavía cree en genios?

El padre llama a su hijo Samuel que vive en Nueva York y le dice:
- Lamento arruinarte el día, pero tengo que informarte que tu madre y yo nos estamos divorciando, cuarenta y cinco años de sufrimiento es suficiente.
- Papi, ¿De qué estás hablando? !Y justo antes de las fiestas de fin de año! grita el hijo.
- No podemos soportar seguir viéndonos, le contesta el padre.
Estamos hartos uno del otro y estoy cansado del tema, así que es mejor que tú llames a tu hermana Ana en Chicago para contarle. Y corta el teléfono.
Desesperado, el hijo llama a su hermana, quien explota en el teléfono.
- ¿Cómo que se están divorciando? !Yo me voy a hacer cargo del asunto!
Inmediatamente la hija llama al padre y le dice:
Ustedes NO se divorcian!. No hagan nada hasta que yo llegue.
Ahora mismo vuelvo a llamar a mi hermano y vamos los dos соn ustedes. Hasta entonces no hagan nada, ¿ESCUCHASTE BIEN?
El padre deja el teléfono, mira a su esposa y le dice:
Muy bien Ruth todo salió perfecto...
Los dos vienen para las fiestas y se pagan los pasajes.
Había un hombre que trabajaba en al oficina de correos, cuyo trabajo era procesar las cartas que traían la dirección ilegible.
Un día, llego a sus manos una carta que traía escritura temblorosa y que iba dirigida a Dios, pero no tenia dirección alguna.
Como esa carta no iba a ir a ningún lado, decidió abrirla para ver de qué se trataba:
"Querido Dios: Soy una viuda de 84 años, que vive de una pequeña pensión. Ayer, alguien robó mi bolsa que tenía 1,000 pesos, era lo que me quedaba de la quincena y ahora voy a tener que esperar hasta mi próximo cheque, no sé que hacer.
El próximo domingo es Navidad y había invitado a dos amigas mías a cenar, pero sin dinero, no tendré qué ofrecerles, no tengo ni comida para mí, no tengo familia y eres todo lo que tengo, mi única esperanza.
¿ Me podrías ayudar? Por Favor.
Sinceramente Maria.
Fue tal el impacto que la carta causó al empleado postal, que este decidió mostrarla a sus compañeros de trabajo, todos quedaron acongojados y hicieron una colecta... comenzaron a buscar en sus bolsillos y carteras, al final de la tarde habían hecho un cooperación de 880,00 pesos, los cuales guardaron en un sobre y se lo mandaron a la dirección del remitente de Maria .
Esa tarde, todos los empleados que cooperaron, sintieron un rico calorcito en el ambiente y una sensación de satisfacción que tal vez no experimentaban hace mucho tiempo, al saber lo que habían hecho por Maria y sus amigas.
Llegó la Navidad y se fue. Algunos días después de la Navidad, llegó a la oficina de correos otra carta de María, la cual reconocieron inmediatamente por la escritura y porque iba dirigida a Dios. La abrieron y todos соn curiosidad escucharon lo que decía:
"Querido Dios: Соn lagrimas en mis ojos y соn todo el agradecimiento de mi corazón te escribo estas líneas para decirte que hemos pasado, mis amigas y yo, una de las mejores Navidades de la vida, y todo por tu maravilloso regalo, debes saber que siempre hemos sido fieles a tu mandato y hemos seguido todos tus mandamientos, tal vez esa sea la razón de tu benevolencia соn nosotras y en especial conmigo.
Gracias Dios, por cierto, faltaban 120 pesos, nada importante, seguramente se los afanaron esos hdp del correo."