Chistes y anecdotas de Cornudos
La oración de Cornelio
Oh Señor:
Que mi esposa nunca me ponga cuernos
Y, si lo hace, que nadie la vea
Y, si la ven, que nadie me lo cuente
Y, si me lo cuentan, que yo no les crea
Y, si les creo, que yo no me de ira
Y, si me da ira, que no la asesine
Y, si la asesino, que no me encarcelen
Y, si me encarcelan, que no me violen
Y, si me violan que no sienta dolor
Y, si siento dolor, que no me guste
Y, si me gusta, que no me saquen de la cárcel
Un hombre hace una llamada telefónica a su casa y empieza el siguiente diálogo diciendo:
- Hola preciosa, ¿Cómo está la mujer más hermosa de la casa?
- Muy bien mi vida, gracias por llamar...
- Y mis hijos, ¿cómo están?
- Ellos están divinamente, estábamos haciendo los deberes del colegio.
- Que bien, y ¿ya almorzaron?
- Si, ya lo hicieron, ¿sabes? están de muy buen apetito hoy.
- Que bueno saberlo, y dime amor mío ¿qué me tienes preparado para la cena?
- Trucha ahumada...
-¿ Trucha ahumada? ¡mi plato favorito! por eso es que te amo tanto...
- Además te tengo un postre sorpresa...
-¡ Uff!, me dan deseos de salir volando ya para la casa... mi amor... prometerme que esta noche te pondrás ese negligee nеgrо semi-transparente que me vuelve lосо en la cama...¿si?
- Te lo prometo, sabes que vivo solo para complacerte...
- Gracias amor mío, te envío un besote; ahora, por favor ¿me pasas a mi esposa?
- Si... ¡Patrona! ¡La lama el doctor!
Una mujer está en la cama соn su amante cuando oye al marido llegar y dice al amante:
- Vamos, de prisa, quédate parado alli en la esquina.
Rápidamente, ella cubre el cuerpo del amante соn aceite y lo salpica соn talco por encima y le dice:
- No te muevas hasta que yo te diga, finge que eres una estatua, yo vi una igualita en casa de los Almeida.
En eso, el marido entra y pregunta:
- ¿Que es ésto?
Ella, fingiendo naturalidad contesta:
- ¿Eso? ah, es sólo una estatua. Los Almeida colocaron una en el cuarto de ellos y me gustó tanto que compre una igual.
Y no se habló más de la estatua. A las dos de la madrugada, la mujer está durmiendo y el marido todavía está viendo TV. De repente, el marido se levanta, camina hasta la cocina, prepara un sandwich, agarra una lata de cerveza y va para el cuarto.
Alli, se dirige a la estatua y le dice:
- Toma савrón, come y bebe algo, yo me quede dos dias parado como idiота en el cuarto de los Almeida y ni un vaso de agua me ofrecieron.