Desde Jerusalén, David llama a su hija Ruth quien reside en Chicago y le dice:
- Siento profundamente dar este tipo de noticias, pero debo informarte que tu madre y yo estamos en proceso de divorcio por incompatibilidad en el lecho...
-¿ Que? ¡No puedes estar hablando seriamente! Tiene que ser una broma... ustedes están por celebrar sus BODAS DE ORO! -contesta la hija.
- Precisamente, ya son 50 años de soportarnos y ya no resistimos más. ¡Nos divorciamos! ... Por favor llama a tus dos hermanos y cuéntales la noticia, yo no soy capaz de hacerlo... Adios...
David corta la llamada después de su lacónica despedida.
Ruth llama de inmediato a su hermano Benjamín que está en Los Angeles para informarle de la terrible noticia y él responde histérico:
-¡ Pero ese par de viejos están locos! Como eso que se van a divorciar a estas horas de la vida, ¡no señor! Voy a llamar de inmediato a nuestro hermano Misael y nos reunimos los tres mañana en Nueva York para discutir el asunto.
Efectivamente al día siguiente se reúnen los tres hermanos y después de ponerse de acuerdo, deciden llamar telefónicamente a su padre, y Ruth inicia la plática diciendo:
- Hola Padre. Estoy reunida соn mis dos hermanos en el apartamento de Misael, y hemos llegado a la conclusión de ustedes no se pueden divorciar bajo ninguna circunstancia. Nosotros viajamos mañana mismo a Jerusalén para hablar соn ustedes. Entretanto ustedes no hagan absolutamente nada. ¿Está claro? No hagan nada hasta que nosotros no lleguemos allá.
David cuelga el teléfono соn una gran sonrisa de satisfacción y le dice a su mujer:
- Muy bien esposa mía, todo salió como yo esperaba... Nuestros tres hijos vienen a nuestra fiesta de bodas de oro, y no nos cuesta nada... ¡ELLOS PAGARÁN SUS PROPIOS PASAJES!

El padre llama a su hijo Samuel que vive en Nueva York y le dice:
- Lamento arruinarte el día, pero tengo que informarte que tu madre y yo nos estamos divorciando, cuarenta y cinco años de sufrimiento es suficiente.
- Papi, ¿De qué estás hablando? !Y justo antes de las fiestas de fin de año! grita el hijo.
- No podemos soportar seguir viéndonos, le contesta el padre.
Estamos hartos uno del otro y estoy cansado del tema, así que es mejor que tú llames a tu hermana Ana en Chicago para contarle. Y corta el teléfono.
Desesperado, el hijo llama a su hermana, quien explota en el teléfono.
- ¿Cómo que se están divorciando? !Yo me voy a hacer cargo del asunto!
Inmediatamente la hija llama al padre y le dice:
Ustedes NO se divorcian!. No hagan nada hasta que yo llegue.
Ahora mismo vuelvo a llamar a mi hermano y vamos los dos соn ustedes. Hasta entonces no hagan nada, ¿ESCUCHASTE BIEN?
El padre deja el teléfono, mira a su esposa y le dice:
Muy bien Ruth todo salió perfecto...
Los dos vienen para las fiestas y se pagan los pasajes.