Chistes y anécdotas Atlantes
En un avión iba el Papa, el presidente Clinton, un atlante, un jipi y la tripulación del avión. En pleno vuelo el avión comenzó a fallar, el capitán del avión se dirigió a los cuatro pasajeros y les informó que el avión se iba a caer, pero que tenía otro grave problema:
Solamente tenemos tres paracaídas por lo que uno de ustedes debe sacrificarse por el resto.
Entonces, el presidente Clinton dijo:
Señores yo me debo salvar porque la paz del mundo depende de mí y se lanzó.
El atlante dijo:
Yo me salvo porque después de quién se burlan, y se lanzó.
Entonces el Papa le dijo al jipi:
Hijo, yo ya cumplí en este mundo mi labor, sálvate tú.
El jipi le respondió:
Santo Padre no se preocupe, quedan dos paracaídas porque el atlante se lanzó соn mi mochila.
Una madre Atlante escribiéndole a su hijo...
Querido hijo,
Te pongo estas líneas para que sepas que estoy viva.
Te escribo despacio porque sé que no puedes leer de prisa.
Si recibes esta carta es porque te llegó, sino, avísame y te la mando de nuevo.
Tu padre leyó que según las encuestas, la mayoría de los accidentes ocurren a 1 kilómetro de la casa, así que nos hemos mudado mucho más lejos; no vas a reconocer la casa, el lugar es lindo, tiene una lavadora que no estoy segura si funciona o no, ayer metí una ropita y tiré de la cadena, y no he vuelto a ver la ropa desde entonces.
El clima no es tan malo; la semana pasada sólo llovió 2 veces, la primera vez por 3 días y la segunda por 4 días...
Con respecto a la chaqueta que querías, tu tío Pepe dijo que si la mandábamos соn los botones puestos, pesaría demasiado y el envío sería muy costoso, así que le quitamos los botones y los pusimos en el bolsillo...
Al fin enterramos a tu abuelo; encontramos su cadáver соn lo de la mudanza, estaba en el armario desde el día en que nos ganó jugando al escondite...
Te cuento que el otro día hubo una explosión en la cocina a gas y tu padre y yo salimos disparados por el aire cayendo afuera de la casa; que emoción, era la primera vez que tu padre y yo salíamos juntos en muchos años...
El médico vino a la casa y me puso un tubito de vidrio en la boca y me dijo que no la abriera por 10 minutos; tu padre ofreció comprarle el tubito...
Sobre tu padre, que orgullo, te cuento que tiene un bonito trabajo, tiene cerca de 500 personas debajo de él. Él es quien corta la hierba en el cementerio.
Tu hermana Julia, la que se casó соn su marido, parió, pero como todavía no sé de qué sеxо es, no te sé decir si eres tío o tía. Si el bebé es una niña, tu hermana va a nombrarla como yo. Qué raro que quiera llamar a su hija "mamá".
Tu padre le preguntó a tu hermana Pilar que si estaba embarazada, ella le dijo que sí, de 5 meses ya; pero ahí tu padre le preguntó que si ella estaba segura que era de ella. La Pilarcita dijo que sí, moza de hierro tu hermana Pilar, que orgullo, de tal palo tal astilla...
Tu primo Paco se casó y resulta que le reza todas las noches a la esposa, porque es virgen...
A quién nunca hemos visto más por acá es al tío Venancio, el que murió el año pasado...
El que nos tiene preocupado es tu реrrо el Puky, se empeña en perseguir a los coches que están parados...
¿ Recuerdas a tu amigo Clodomiro?, ya no está más en este mundo; su padre se murió hace 2 meses y pidió ser enterrado en el lago. Tu amigo murió cavando la fosa en el fondo del lago...
Muérete, tu hermano Juancho cerró el coche y dejó las llaves adentro. Tuvo que ir hasta la casa por el duplicado para poder sacarnos a todos del auto...
Bueno hijo, no te pongo mi dirección en la carta, porque no la sé. Resulta que la última familia de atlantes que vivió por aquí se llevó los números para no tener que cambiar de domicilio. si ves a doña Remedios, dale saludos de mi parte; si no la ves, no le digas nada...
Tu madre que te quiere,
Josefa
P. D. Te iba a mandar 100 pesetas, pero ya he cerrado el sobre.
Dos atlantes fueron de visita a Estados Unidos, uno de ellos se llamaba Juan, y el otro José.
Ellos llegaron a la estatua de la libertad, y pregunta José:
Pues, oye Juan, ¿De quién es esa estatua?
Pues, no lo sé, vamos a preguntar.
Se encuentran a una señora y le preguntan:
Señora, señora, ¿Sabe usted de quién es esta estatua?
Y la señora dice:
"What's the matter?"
Juan y José dicen:
Juan Samara, pues que millonario que es.
Luego visitan el puente Golden Gate, y José le hace la misma pregunta a Juan, por lo que le van a preguntar a otra señora, y ésta le contesta lo mismo.
Viajan por todo el país, y parece que todo le pertenece a "Juan Samara", al final, van a un funeral, y José pregunta:
Pues Juan, ¿Quién murió?
Pues no sé, vamos a preguntar.
Señora, señora, ¿Quién murió?
La señora contesta:
"What's the matter?"
¡ Juan Samara! ¿Y a quién le dejó toda su fortuna?
La señora les contesta:
"What do you say?"
Y ellos entendieron:
"A Juan y a José".
Había un hombre muy тоnто por nombre Rafael, pero todos lo llamaban Raffy. Ahora, resulta que Raffy tenía un amigo que se creía muy listo. Un día, Raffy fue a visitar su amigo a las 10 de la noche, y cuando llegó a su casa, entra y ve que su amigo está viendo la tele.
¿ Qué miras?, le pregunta a su amigo.
En respuesta él le dice:
Raffy, mira este hombre en las noticias que está a punto de tirarse de un edificio.
Raffy lo ve y dice:
Yo no creo que él vaya a tirarse.
Su amigo le dice:
Pues, yo digo que sí. Es más, estoy tan seguro que sí lo va a hacer que te apuesto $20 que sí lo hace.
Raffy, seguro que el hombre no se va a matar, acepta y el hombre se tira. Cuando Raffy va a darle el dinero a su amigo, su amigo rehúsa соgеr el dinero, y le dice:
Raffy, mi amigo, no te puedo robar, esas noticias ya yo las vi a las cinco de la tarde.
Raffy, confundido por lo que su amigo le acaba de decir, le dice:
Yo las vi también, pero caramba, yo no pensé que se iba tirar dos veces.
Este era un alemán que nunca en su vida había pedido prestado dinero, y un francés que nunca en su vida había prestado dinero.
Un día estos 2 se encuentran en una tienda, se hacen amigos y el alemán le pide prestado dinero al francés, este aceptó, y decidieron que el alemán se lo abonara a una cuenta de banco.
Pasaron muchos años, y el alemán no le pagaba al francés, pero un día, se encontraron en la calle.
El francés, соn una рisтоlа, empezó a gritar:
¡ Si no me pagas te mato!
Y el alemán corrió para esconderse y llegó a una cantina atendida por un atlante.
El francés lo encontró, pero como el alemán no tenía dinero dijo: ¡Ni muerto te pago!, y se disparó
A lo que el francés contestó:
¡ Aunque sea, pero en el infierno me pagas!, y también se disparó. Anonadado el atlante dice:
¡ Hombre! ¡Yo por nada del mundo me pierdo esta pelea!, y se dispara.