La pequeña Clara estaba jugando соn el incorregible Pepito, cuando, de golpe, corre a donde está su madre соn la cara toda roja:
- Mamá, mamá, dime, ¿yo puede tener niños?
- No, Clarita, ¿qué dices? ¡Eres demasiado pequeña!
- Bueno, Pepito, ¡entonces podemos seguir...!